Dalamino

blog

Doce propósitos para año nuevo que tienen enfurecidos a los millonarios y a los políticos

photo-1465218550585-6d069382d2a9

Vamos a ver once propósitos para el año 2022 que son fáciles de cumplir y que verdaderamente cambiarán tu vida, para bien o para mal no se sabe, eso dependerá de tu índice calórico, pero todo apunta a que sí.

He aquí los propósitos de año nuevo que no quieren que descubras:

  1. Adoptar el shabat. Un día a la semana en el que no trabajarás para otros, no usarás vehículos ni teléfonos ni computadores ni nada eléctrico ni prender fuego ni lavar ni pintar ni escribir ni ver la tele ni escuchar música ni nada de nada. Un día para meditar y reencontrarse con humanos que habías olvidado por completo que existían (en verdad tampoco está permitido pensar ni hablar, todo depende un poco de como interpretes las escrituras). Poner a prueba así nuestras adicciones y hábitos cancerígenos, y dejar espacio a actividades sanas y puras como mirar la lluvia por la ventana o esconderse desnudo en el armario.
  2. Leer el mismo libro entre 13 y 17 veces en un año. Los lectores antes leían y releían el mismo libro, (La Biblia, la Ilíada, etc.), la literatura permeaba las percepciones y confeccionaba una realidad aumentada, se sabían pasajes de memoria y ciertas frases se volvieron a fuerza de uso en expresiones trilladas de la vida cotidinada aún hoy empleadas por todo hijo de vecino en todos los idiomas europeos. En cambio ahora tenemos a mano una cantidad abrumadora de libros, podemos leer artículos y blogs por internet en cualquier momento, todos copias de clones de plagios, y queremos leer más cosas cuando ni siquiera podemos recordar nada del último libro leído, aparte de que tenía muchas letras. La lectura solo tiene valor en tanto que gateway para la relectura.
  3. Aprende a usar un arma blanca. ¿cómo vas a defender a los tuyos cuando llegue el día del TEOTWAWKI? El colapso de la sociedad suena cada vez más cerca, y las armas blancas son a las armas, lo que los libros de papel a los libros: funcionan mientras funciones. Nunca es demasiado tarde para aprender a defenderse en la distancia corta con unas tijeras, un compás, un paraguas, un hacha, los dientes de tu hijo, etc.  Saber matar con un arma blanca no solo queda bien en el currículum, sino que además las destrezas que aprendes son transferibles, de modo que si no tienes un cuchillo, la misma técnica puede ser trasladada, con mínimos ajustes, al manejo de un pasaporte o un pen-drive.
  4. Dejar de comer carne (sin necesidad de hacerse vegetariano).  Si los gobiernos o alguna corporación en-teoría-no-gubernamental decide aniquilar a gran parte de la población y que parezca culpa de terroristas islámicos, harán esto: envenenar toda la carne no jalal. Y entonces, cuando se descubra que el consumo de esta carne está causando alucinaciones o la aparición desmesurada de extraño vello en la lengua, en las uñas y en la cabeza fálica y clítoris, entonces será demasiado tarde y estarás jodido y arrepentido de no haber adoptado este propósito cuando te lo propuse. Eso sí, siempre que seas tú mismo quien críe y mate al animal, podrás comértelo. (Consejo: Un ser humano de menos de año y medio de edad, cuenta como animal porque no le ha crecido alma todavía.)
  5. Deja ese trabajo. Si estás leyendo esto es muy probable que seas una persona profundamente desgraciada. Está claro que el trabajo da la felicidad, entonces el hecho de que aún siendo empleado te encuentres insatisfecho con tu vida quiere decir que algo no va bien en tu interior. Márcate una fecha, y empieza con pequeños gestos: Suelta ventosidades sonoras en las reuniones, discute con la máquina de chocolatinas y desplázate por la oficina caminando como un velociraptor... Una vez que te despidan, improvisa tu supervivencia como orgulloso rōnin. Recuerda: hay que tocar fondo para tomar impulso. Hay que ser esclavo para encontrar la felicidad. Arbeit macht frei. En el peor de los casos entrarás en una espiral descendiente crónica pero, al fin y al cabo, muy interesante.
  6. No viajar. Es bueno salir de casa, pero no puede ser que por visitar París un fin de semana, nos veamos capacitados para opinar sobre los franceses, decir "he hecho Francia" y tachar todo el país de nuestro mapamundi para empezar a planear el siguiente. Ya dijo Chesterton que es más aventurero hablar con el vecino que hacer safari en Senegal. El turismo es una estafa. Márcate las fronteras de tu provincia o región como límite. Gástate los dineros en tu pueblo. Camina por tu barrio todos los días durante 30 minutos, descubre calles desconocidas y explora los pueblos de los alrededores. Espía a los vecinos y prueba el agua de los charcos. Habla con la gente, con los perros, los pájaros, las plantas, muévete por los senderos que oculta la maleza, ¡súbete a los árboles y aúlla al viento!
  7. Tira la mierda por la ventana. El pobre avergonzado de ser pobre es el pobre obeso, fumador y desorganizado, pero el pobre sano es un minimalista y lleva la pobreza con clase. Mira a tu alrededor y elimina todo lo que realmente no necesitas. Véndelo. Deshazte sobre todo de las cosas que consumen electricidad o gasolina. Así ganas dinero, espacio y tiempo (tiempo que gastabas buscando las llaves entre tantos objetos). Deshazte de personas también, incluso las que no son de tu propiedad privada. Deshazte de ellas.
  8. Aborda a gente nueva con una fórmula distinta cada día. Admitámoslo, por mucho que odiemos a la gente, la gente es necesaria para nuestro bienestar. Es bueno tener amigos, casi tanto como tener un computador. Por eso muchos se proponen, como objetivo de año nuevo, conocer más gente. Pero una vez más debemos decir: no se trata de conocer más gente sino de establecer lazos más fuertes con unos pocos. La estrategia será elegir una persona al azar y seguirla por la calle y averiguar donde vive, descubrir donde trabaja, con quién se junta, cómo reacciona a un ataque de navaja, etc. Cuando sepas mucho de esa persona, atrévete a decirle algo, planea las circunstancias en que el encuentro parezca fortuito, no te preocupes si se nota un poco que lo has preparado tú, eso te otorgará un halo de ternura e inocencia. Es posible que el primer encuentro no de pie a una conversación interesante, da igual: insiste. Aborda a esa persona cada día pero cada día con una frase diferente, esto es buenísimo para desarrollar tu creatividad. Haz esto con máximo 8 personas al año. Insiste con cada una de ellas no más de 47 días, pasado este tiempo, puedes rendirte si no se ha establecido una amistad de manera satisfactoria. Irónicamente, algunas de estas personas empezarán a echarte de menos una vez las dejes en paz.
  9. Diseñar tu propia religión. El poder de las creencias, los rituales y los espíritus están testados científicamente. El hack definitivo para mejorar tu vida es adoptar una religión cuyos mandamientos se adecuen perfectamente a tus objetivos. Como tal religión no existe todavía, te animo a diseñarla tú mismo. Pero como es más divertido practicarlo en sociedad, asegúrate que haces una religión atractiva para el vulgo, para que más gente se una a ti, promete sexo duro en el paraíso, un dios y una diosa de diversos colores de piel, etc.